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La higiene oral es muy importante en los niños ya que una deficiente, puede llevarlos a una mala salud y a otro tipo de enfermedades que no sólo son dentales.

Las caries y las enfermedades de las encías no solo afectan la apariencia física de una persona, sino que también causan problemas de salud graves como insomnio, derrames e incluso defectos de la audición. Se ha encontrado a partir de los estudios, que el cuidado bucal deficiente puede contribuir a la obstrucción de las arterias, a problemas pulmonares e incluso puede dañar las válvulas cardíacas.

Por ejemplo, cuando una mujer embarazada tiene enfermedad de las encías corre el riesgo de tener un parto prematuro y es muy necesario comenzar un régimen dental regular para evitar contratiempos.

Mantener la salud oral a una edad temprana es lo mejor y así evitar enfermedades en una etapa posterior. El niño debe seguir todos los pasos fundamentales recomendados por casi todos los dentistas y para eso necesita el acompañamiento de los padres.

Para cuidar adecuadamente los dientes, se le debe enseñar al niño cómo cepillarse, también otros métodos higiénicos, como usar bien el hilo dental, el enjuague bucal e inculcarle la importancia de las visitas preventivas donde el profesional de la salud oral.

La Asociación Dental Americana incluso, aconseja a los padres de un recién nacido que comiencen a limpiar la boca de su hijo recién nacido pocos días después del nacimiento. Es muy importante para la claridad del habla y la acción de masticar en los niños.

Los padres de los niños pequeños programan exámenes de salud bucal periódicos alrededor del primer cumpleaños del niño, en este caso un dentista pediátrico es la mejor elección para los niños. Las encías y los dientes del bebé se pueden limpiar con un paño húmedo después de cada comida para ayudar a eliminar la placa que se acumula en las encías y los dientes. Los cepillos de dientes de ellos deben ser de cerdas suaves y usarlos con pasta dental sin fluor del tamaño de un guisante.

Los padres o acudientes deben acompañar, supervisar y enseñar a los niños en el proceso hasta que ellos se sientan cómodos y sepan que el procedimiento lo realizan correctamente.

Se puede alentar a los niños a cepillarse cambiando el color y la apariencia de las pastas dentales. A la mayoría de los niños les gusta cepillarse con una pasta dental con flúor, pero deben aprender a escupirla después del cepillado.

Los niños necesitan cepillarse al menos dos veces al día, o cada vez que comen bocadillos dulces y carbohidratos.

Es una buena idea comer alimentos ricos en nutrientes y en calcio: verduras, frutas, lácteos, proteínas, etc. Y regular los dulces que no aportan mayor beneficio.