Cepillarse y utilizar la seda dental son aprendizajes que adquirimos desde la infancia. Un cepillado correcto toma menos de dos minutos, aunque hay quienes lo hacen en menos o en más. La mayoría de los adultos invierte menos de un minuto, tiempo insuficiente para limpiar bien los dientes. Se aconseja para ellos tener un cronómetro.

Al cepillarse es importante evitar la presión exagerada del cepillo contra los dientes y encías, lo correcto es hacer movimientos cortos y suaves. Hay además que enfocarse en los lugares difíciles de alcanzar, al igual que entre los dientes. La idea es cepillar todas y cada una de las áreas dentales, lengua, interior de las mejillas y encías, completamente.

También es necesario saber escoger la crema de dientes correcta, de acuerdo con las condiciones individuales. Unas previenen los dolores, bajan la sensibilidad, previenen la gingivitis, etc, y otras, por ejemplo, blanquean los dientes. El odontólogo podrá informarle cuál es la pasta exacta para usted.

En cuanto al cepillo, los hay duros y suaves. Puede ser difícil escoger ante tanta variedad, pero se recomienda utilizar los de cerdas suaves, pues son indicados para no lastimar las encías, retirar la placa bacteriana y los residuos en los dientes. También se recomiendan los cepillos con cabeza pequeña, para facilitar el alcance de distintas zonas de la boca.

El cepillo debe reemplazarse, mínimo, cada dos meses, o cuando se empiece a ver gastado. Si se resfría, cambie su cepillo apenas la gripe pase, pues las cerdas quedan con gérmenes y estos pueden enfermarle nuevamente. Los cepillos gastados pueden lastimar sus encías, así que cámbielos una vez vea que las cerdas se tuercen.

Cuidar sus dientes es cuestión de sentido común y de escuchar a su odontólogo. El cepillado y la seda dental le ayudarán a mantener su salud dental y prevenir la placa y el sarro. Tenga en cuenta que las infecciones y caries son realmente incómodas, pero fáciles de prevenir a través del cepillado y del uso de la seda.