Una vez que se ha extraído un diente, quedarán bacterias vivas en la boca. Esto, claro, es peor si la higiene bucal no es la correcta. Las infecciones son muy comunes luego de una extracción. De pendiendo de qué tan mal estaba el diente retirado, el dentista podrá mandarle antibióticos para reducir el riesgo de infección. En algunos casos, sin embargo, la infección es inevitable.
Si antes de ir a donde su dentista tenía el rostro y las encías con inflamación, dolor en los dientes ante la más mínima presión o sangrado, tal vez la infección ya esté allí. Si realmente está infectado desde antes de tratar el diente, se le recetará un antibiótico. Si tiene un absceso, indudablemente habrá que sanarlo antes de retirar el diente.
En algunos casos las personas desarrollan la infección después de la extracción, incluso sin estar infectadas desde antes. La razón es la acumulación de bacterias. Luego de una extracción, las bacterias de la boca estarán más vivas que nunca. Con el lugar de la extracción expuesto, ellas podrán meterse allí. Ello infectará el lugar, y usted no podrá utilizar enjuagues durante las primeras 24 a 48 horas. Claro, no poder esterilizar la zona significará que no podrá eliminar las bacterias, así que es un momento complicado.
Luego de la extracción, la primera señal de infección es el sangrado. Normalmente sucede a los dos días. Aunque normalmente no es algo severo, una revisión por parte del dentista es necesaria. El dentista podrá parar el sangrado, darle antibióticos y resolver cualquier otro efecto secundario.
Algunos dentistas prefieren prescribir antibióticos desde antes de la extracción. Aunque posiblemente usted no tenga un absceso, muchos prefieren eliminar cualquier posible infección desde antes de iniciar el trabajo. Lo hacen porque la anestesia local no funcionara igual de bien con infecciones, y toma mucho trabajo y medicina el adormecer el área infectada.
Si el diente debe ser removido urgentemente y no se puede esperar, es posible anestesiar la zona mediante el uso de sedación intravenosa o con gas de la risa. Usted se quedará dormido, así que el dentista podrá trabajar sin inconvenientes.
Aunque las infecciones pueden ser dolorosas y requieran atención urgente, también es posible que no se le prescriban antibióticos en el momento de la extracción. Si su boca está limpia y no tiene muchos gérmenes, la herida podrá ser curada con cuidado básico. Enjuagar su boca con agua salada en los primeros días mantendrá limpio el sitio de la extracción. Siempre y cuando cuide la zona y haga lo que el dentista indique, seguramente no tendrá mayores problemas.